Un vagabundo.


"Un vagabundo"


Alguna vez se han preguntado ¿Cómo creen las personas que te ven al día a día que tú estás y cómo realmente te sientes en dichos momento?, es un caso muy usual que a mí me ha de pasar. Cada mañana que mis ojos yo abro sienten esa sensación de felicidad, pero cuando cobra razón mi consciencia todo cambia, rápidamente todo es distinto a como yo quisiera que fuera. El frío del viento temprano y nada con que cubrirme para generar calor hacen a veces entristecerme, sólo yo con mis objetos usados por otros y con la dicha de estar cerca de la naturaleza. Mi piel resistente a todo el proverbio de mis días y la pérdida de apetito en mi estómago por no recibir una fuente de energía que pudiera satisfacer mi hambre hacían cada vez agotar mis ganas de vivir. Suelo moverme de un sitio a otro, cambiar mi ubicación cogiendo un sendero diferente de otro, viendo como me miran, sintiendo como mi piel con el sol se hincha y el color se descolora, es así como voy en mi día a día. Las personas creen que solo soy un vagabundo en busca de la mala vida, un vagabundo andando por la ciudad en busca de comida en cada basurero que veo y observo a personas la misma botar, un vagabundo sin sueños y aspiraciones pero, mi vida gira entorno a lo que viví. Quizás no tuve la suerte que otro obtuvo en su vida o tal vez no aproveché las oportunidades que la vida me ofreció, lo cierto es que hoy el frío de cada noche rodea mi cuerpo y los ladridos de perros cercas no me dejan dormir tranquilamente. Aun así hoy con mi cabello largo, mi barba peluda, mis pantalones rotos y mi camisa hecha añicos, tengo la gran esperanza de que todo dé un giro como rueda rápidamente una pelota en un partido de béisbol. No puedo decir que toda mi vida está regida de tristeza, solo son los recuerdos que atrofian mi mente. Camino por las calles a la hora pico de la tarde y las personas me miran de una forma espantada, me huyen y otros me tienen lastima, es lo que a menudo suelo ver y ya a nada siento temor.

Una noche pasando a un restaurante vi como un niño no quería comida y sus padres le obligaban a comer pero el pequeño niño insistía que no quería más, cuando yo me paso cerca de la puerta totalmente descalzo y con mi saco de latas al lomo el niño gritó: –Papá, dale la comida a ése pobre señor que la necesita más que yo–. Se acercó a mi ese pequeño niño y en una bolsa echó lo poco que habían dejado y sus palabras a mi fueron: –Señor, disfrútelo y que Dios le bendiga– Mis ojos casi se inundaban de lágrimas. –Muchas gracias hijo, de verdad te lo agradezco– le contesté. Fue lo más tierno que pude haber presenciado en mi vida, corrí por un callejón a probar tan rica comida se veía; al entrar, estaban tres hombres que parecían estar drogados, no temí y seguí por la oscuridad del callejón hasta llegar a un lugar tranquilo donde poder comer, pues yo pensé: ¿Qué podrían querer de un vagabundo como yo?, aquellos hombres me siguieron y cuando vieron que yo me detuve para comer no esperaron ni una fracción de minuto y me comenzaron a molestar, yo no prestaba atención a ellos y esto les molestó. Una patada recibí en la comida y comenzaron a pisarla, luego uno de ellos se dirigió hacia mí comenzando a golpearme y aunque traté de defenderme los tres a mí se aproximaron y me aventaron golpes hasta cansarse. A todo dolor, grito y lágrimas que por mi cara brotaban se venía a mi mente la imagen de aquél niño cuando me entregó su comida. Quería poder destruir esos maleantes que me molestaban pero no tenía las fuerzas suficientes para ello. Después de minutos de dolor, aquellos hombres salieron corriendo y sólo yo quedé en aquél callejón oscuro, no podía levantarme y decidí quedarme allí hasta el día próximo, fue casi el peor día de mi vida pero no fue así, tuve uno peor. Hoy recordando eso siento como mi vida ha girado en torno a la tristeza y al mundo cruel.

Cuando joven, yo era una persona feliz, mis padres me amaban yo los amaba más que a nadie pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en la vida que hoy estoy. Recuerdo la tarde del 13 de mayo era el día donde la felicidad estaba abundando en nuestras vidas, no obstante giró al desprecio de la vida hacia nosotros, nos mudábamos del campo a la ciudad, mis padres había vendido todo y compraron una casa en la ciudad para buscar un mejor vivir. Una familia humilde pero feliz ante todo. Desde el comienzo del viaje estaba lloviendo, era una gran tormenta y a mi padre se le dificultaba ver en el automóvil, pues éste era muy viejo, era de mi bisabuelo y mi bisabuelo antes de morir se lo dio a mi abuelo y éste sucesivamente cuando murió pasó hacer parte de mi padre, papá era hijo único como yo. Ese 13 de mayo al ver que la lluvia no nos dejaba avanzar mi padre decide detenerse pero éste no se había fijado donde estaba, pues era muy fuerte la tormenta. Estábamos en un largo puente y bajo el puente solo había piedras gigantescas y asimismo el agua de un rio estaba corriendo por la fuerte lluvia, a mi padre repentinamente se le apagó el carro y no quería encender, ése puente estaba en muy mal estado y comenzó a desprenderse, mi madre gritaba a mi padre que encendiera el carro pero éste le decía que no encendía. Estando en medio del puente una camión de carga larga el cual llevaba gran carga de combustible se detuvo en el mismo y tocaba corneta al ver que no nos movíamos del sitio, intento adelantarse y casi al llegar al otro lado del puente éste se desprendió y caímos al vacío, mis padres gritaban, mis llantos de miedo se estremecían y de pronto al sentir miedo abrí la puerta de aquél viejo automóvil y salí desprendido por una ola de agua que pasaba por el puente, un rio a lo lejos ya había llegado abajo del puente. Sentí un gran estallido y recuerdo que gritaban mis padres y yo gritaba por ellos, golpee mi cabeza con una enorme piedra y perdí la consciencia. Al despertar no sé dónde yo estaba, era un milagro pues yo estaba vivo, aunque sólo era yo. No recordaba que pasó luego de aquél golpe y estaba asustado por mis padres, habían inundaciones de agua por todos lados. Luego de horas caminando vi a lo lejos un carro que estaba encendido en llamas junto a un camión y bomberos intentaban apagar el ardiente fuego, corrí y aquellos hombres me ayudaron a subir a la carretera, me hacían preguntas pero el impacto emocional para mí fue el peor que pude haber sentido y no podía hablar. Recuerdo que aquél camión el cual contenía combustible inflamable explotó nuevamente y las llamas se hicieron muy grandes, mis padres habían muerto y quizás también fueron desintegrados con aquella ola calor, ni el agua del rio ayudaba a apagar aquellos autos. Intentaron ayudarme y me llevaron a la ciudad, ni podrán preguntarse cómo yo me sentía. Al llegar y ver que todos estaban descuidados me perdí de ese sitio y corriendo desde ese lugar a un sitio donde pudiera pasar mi pena de dolor lloraba arduamente por la pérdida de mis padres, desde entonces comencé a vivir la vida que hoy llevo.


Hoy estoy donde estoy porque fue lo que yo escogí, tuve oportunidades para salir de esto pero la depresión, tristeza y odio por la vida fueron más fuertes que nada. A estas alturas de mi vida cuando pude razonar fue muy tarde, ahora yo vivo tras una nueva oportunidad y aquellas que desaproveché hoy espero hayan sido aprovechadas por otros. Soy un vagabundo que por fuera hoy lo ven como la peor persona y sienten lastima del mismo, pero dentro de mi estoy volviendo a nacer, ayer la depresión y odio por la vida han sido lo que me han hecho ver que si aún estoy vivo es porque algo nuevo podría sacarme de este no deseado vivir, son mi fe y esperanzas que se fortalecen, sé que éstas estarán hasta el día de mi muerte y serán lo último que se pierdan de mí, soy un vagabundo mañana quizás no lo siga siendo.
Un vagabundo. Un vagabundo. Reviewed by Enrique on 22:01:00 Rating: 5

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