Confusión por amor.

Tan solo soy un chico perdido en pensamientos tormentosos y así comienza ésta corta historia.

Un día como cada noche comencé a pensar acerca de lo que en el día me había pasado. Esa noche me senté en mi lecho de dormir y me arregosté a la pared que cerca estaba de la misma, dejando las piernas totalmente estiradas y relajadas. Con mis manos veía las interacciones en mi teléfono celular. Pienso que solo soy un chico quien los pensamientos los enloquece, cada pensamiento afecta mi subconsciente haciendo que atormenten mi mente en un mundo paralelo al que ya viví, quizás sea de bien pensar correctamente las cosas pero; ésa noche no fue así para mí. Ésta vez estaba tratando de razonar y/o comprender si mis acciones dadas en la tarde de ése día fueron las correctas. Meses antes estaba tratando de conquistar el corazón de una bella dama que tiene por nombre Sofía pero, ahora había llegado una hermosa chica quien ya conocía, grandes amigos éramos, una amistad enlazada para no romperse en tan poco tiempo quien lleva por nombre Jessie, sin embargo desde hace pocas semanas comencé a sentirme atraído por ella. –“Dulces labios Jessie quiero besar pero no ha de darse vuestra oportunidad”-­­­ Dije entre dientes viendo su fotografía en mi teléfono celular.

Sofía, ella, quien yo quería conquistar y dicha acción estaba ejecutando me daba la confusión de decir esa noche: -“Estará bien lo que estoy haciendo”-. Era una gran confusión porque que ya no sentía el dulce néctar de antes, ya no me estaba gustando su ser como fue desde un principio, por supuesto, cada principio tiene su fin y no creía que sería hasta entonces. A esto le agrego que Sofía es una dama muy difícil, al parecer nos queríamos pero quedaron las cenizas de algún viejo amor lo que hace a éste nuevo nacimiento algo imposible, como asimismo ha pasado con Jessie; la diferencia entre ambas es que una es más seria que la otra, no se tomase el amor como un juego ni mucho menos sería infiel si ésta chica enamorada de verdad estuviese, llegara quien llegara nada pasaría siempre y cuando su amor le haga fiel y feliz, ésta chica es Jessie.­ Sofía no haría lo anterior pero sin duda Jessie es más segura. Jessie no sabía lo que yo sentía por ella, hasta ahora no se lo había dicho porque quería ahorrarme perder su amistad, éste ha de ser un sentimiento difícil e comprensible para mí.

Esa tarde estaba con mis amigos y por ello estaba ella entre el círculo de la amistad, Jessie, linda chica mestiza de piel suave y ojos color marrón café, digamos que me estaba tratando muy raro, en el sentido de que me estaba frecuentando con mucha calamidad, mucho perjuicio diría yo, no obstante no entendía el por qué de lo que estaba haciendo, pero yo no me intimidaba ya que le hacía lo mismo con el fin de incordiarle tanto como ella a mi lo hacía. Así pasó toda la tarde hasta el final de la misma, cuando ella decidió que ya bastaba lo suficiente y quería volver todo a la normalidad, dándome la mano. Quedé viéndole a sus lindos ojos mientras ella decía: -“Armisticio”- a ello respondí: -“Ya qué”- con un poco disgustado por tan tormentosa, fastidiosa tarde que me hizo pasar, aún así yo quería un descanso y le estreché mi mano pero ella pensó que yo no quería reconciliación, lo que hizo un fuerte disgusto a ella también y decidió no hablarme. Luego, esa noche en mi cama mis pensamientos atosigados en mi cabeza corrían, gritaban en la misma. Entonces decidí que cuando la volviese a ver le abrazaría y pediría que me disculpara y la amistad siguiese como en un principio lo fue. Pasaron 3 días, llegando el día en donde la vería nuevamente, saludé a todos mis compañeros, ella estaba ahí, en el mismo lugar de siempre con sus manos cruzadas y con una rodilla un poco flexionada y cuando vio que yo le iba abrazar (lo cual hice) comenzó a gritar y a decir: -“¡No! ¡Suéltame!”- lo repetía, al mismo tiempo le decía: -“Escúchame, no es como tú crees que fue, discúlpame”- Decía que no quería escucharme y diciendo nuevamente que la soltara y lo hice, pues creí que no serviría de nada lo que estaba haciendo.

Pasaron 2 semanas donde solo ella me ignoraba y aunque teníamos que estar juntos por el trabajo me era indiferente ya que pensaba que “Yo no quería reconciliación”, aunque debes en cuando ella y yo nos hablábamos solo para fastidiarnos de alguna manera el uno con el otro, a ambos nos causaba risa los hecho y se volvía divertido. Y así quedaba atrás el gusto por Sofía cada vez más y más atrás. Sofía, chica de linda voz y encantador ser, tierna y celosa como ninguna otra, hacía de mi enamorarme más de ella pero, Jessie lo cambiaba cada día que la veía. Bueno, era la semana numero tres (3) y aún no estaba todo bien para Jessie y yo, era día Lunes y teníamos un gran evento de trabajo, no le había saludado pero me dirigí delante de toda la multitud y me paré frente de ella, nuestras miradas se atravesaron, miradas que se impactaron por el hecho de que una pelea tonta nos había distanciado. Cuando estaba frente de ella lo primero que hice por educación fue saludarla, -“Hola Jessie”- Le hablé viéndola con ganas de darle un abrazo, un abrazo que no sentía desde hacía tiempo. -“Hola”- Respondió. -“¿Podría decirte un poco de lo que hablará mi grupo de trabajo?”- le pregunté, pues su respuesta fue no y me marché a mi puesto de trabajo. Ahí estaba, un poco triste, disgustado, pues todo era difícil y quería abrazarle, lo necesitaba.

Cuando el evento terminó, lo primero que hice fue ir hacia donde estaba ella, estaba ahí parada y nuestros compañeros estaban dispersos por el lugar, le vi fijamente a sus ojos, lindos ojos. -“¿Cómo te fue?”- Le pregunté, -“Muy bien, demasiado diría  yo, ¿y a ti?”- Respondió y preguntó Jessie, -“Pues igual, gracias”- Le respondí. En ese momento nuestras miradas nuevamente se quedaban viendo fijamente y ella vino hacia mí y me abrazó, caluroso abrazo de cariño y necesidad. Pues yo no evité nada, era lo que más yo quería no la quería soltar. El abrazo seguía mientras le dije: -“No sabes cuánto necesitaba esto”- le hablé mientras acariciaba su cabello. Luego cuando a mi casa volví en la tarde comencé a pensar y llegué a una buena conclusión.

Me dije a mi mismo: “No es amor, no es ilusión lo que yo sentía o lo que estoy sintiendo por ella sino atracción por su forma de ser, estaba confundiendo una bonita amistad por algo más”, Y fue así.

“Cuando te sientas atrapado por caminos  donde no sabes si es el que piensas no olvides retroceder e ir hacia donde ya estabas caminando, el seguir caminando podría traerte consecuencias, el devolver también lo haría y el quedarte detenido en el presente también. Si tú sientes amar a una persona nunca dejarás de hacerlo y más si tu haz fallado, no obstante necesitarías mucho de esa persona cuando te das cuenta que falta te hace y sabes todo lo que vale, única e inigualable. Se puede confundir una amistad por algo más pero también se puede razonar lo confundido”. –Enrique Nava…

                                                                                                           Miércoles 10-07-2013.