Venezuela, ¡Cuánto te amo!


"Venezuela, ¡Cuánto te amo!"

Ésta mañana he despertado como cada día, el frío es abundante y mi cuerpo se adicta a ésta sensación. Al abrir mis ojos solo pensé despertar en abundante calma, calma que quisiera fuera real, no sólo para mí sino para los que están en mi ciudad, en mi Entidad, en mi País en general. Me levante con buen pie y encendí la televisión, las noticias ya no son tan importante, son escasas, están oprimidas por alguien que les vigila. Bocas vendadas subliminalmente, cuidan su trabajo sin importarle las mentiras que puedan transmitir, es un daño inconscientemente emocional para quien los observa, estos son los canales de televisión nacional. No pude evitar ir cambiando hasta que llegué a un canal internacional y miré escuchando lo que decían de mi amado país, está crítico y está luchando la Juventud por su larga paz. Quedé atónito con lo que observaba, estudiantes creando refugios y cerrando calles sin importarles ser atacado por los policías estadales y el oficialismo del régimen, aclamaban justicia a los ya caídos pero el régimen hacía llamado a la persecución política.
Un líder había sido apresado injustamente, él se entregó y el gobierno lo capturó. Éste ordenó a quienes luchaban por la liberación del país nunca rendirse, ninguna batalla podría ganarse si no existe en ella esfuerzo absoluto. Mi país estaba en un mal momento, mi país el cuanto amo profundamente estaba siendo reprimido por los jefes que gobernaban. No sabía cómo reaccionar y una lágrima corrió por mi cara, no podía recordar aquellos momentos en los que iba con mis padres a comprar comida en el supermercado y no hacíamos colas, no había escases, no había tanta violencia y delincuencia como la de hoy, no digo que no existía porque estaría mintiendo; la delincuencia no se erradica en un país con personas que piensan en que la vida es fácil y todo debe ser por las vías fáciles, ignorantes pensamientos provenientes de personas aún más ignorantes. No podía recordar nada de ello ya que no había algo hoy que hubiese y me hiciera recordarlo, era triste. Al salir de mi cuarto leí un mensaje que llegaba en mi teléfono: “Concentración hoy a las 9:00 AM”, ¿Una señal de Dios?
Estaba indeciso porque no quería que algo me sucediera, sin embargo luego pensaba en todos aquellos que arriesgaban su vida por un país libre de opresión, una Venezuela de paz. Fue allí donde decidí que ir era lo correcto y lo justo para mi futuro, no podía dejar mi futuro en manos de otro inoportuno como el régimen que dictaba sus leyes en el presente, esto tan deprimente. Años gobernando, ¿quizás robando? Y nadie puede probarlo, sin embargo, cada día transcurrido podemos vivirlo.
¡Venezuela cuanto te amo!, eres mi querida patria, ver como contigo quieren jugar a la opresión me entristece en el fondo, no obstante me llena de valor para despertar a quienes aún siguen dormidos en ésta pesadilla, ¡las cosas hoy están mal!
Ayer enterraron cientos de personas a nivel nacional, mañana quizás sean más si esto continúa así. Un jefe manda a festejar días de carnaval y un líder guarda luto a todos aquellos caídos, hoy occisos, por quienes juraron ante el país proteger al pueblo, es la realidad escrita y presentada en la vida del venezolano. Entonces, ¿Debemos creer en un falso diálogo?, ¿Dónde queda la dicha de la consideración y la solidaridad? No se puede dialogar la Paz con quien incita a la violencia y busca la manera de inculpar al otro.
Al ir a la concentración encontré paz y unión, me sentía como en casa, en familia con quienes luchaban con gran pudor. Algunos trancaron calles mientras que otros íbamos marchando de un lugar a otro dando nuestra protesta para un tirano ya caído e ilegítimo en un poder totalitario.
Ya el sol ha caído y la Luna invisiblemente se ha levantado, el solo pensar mañana despertar y todo el esfuerzo se haya ido, nos esperarían 6 años más de lo mismo, de más delincuencia, de abundante silencio en los corazones de los dolidos por la muerte de un ser querido, de largas colas y de las famosas frases cotidianas: “No me alcanza el dinero”, “Todo está caro”. No quiero eso, estoy seguro de que nadie más quiere seguir viviendo esto. Un jefe en el cetro es gobernado por otro de mayor rango desde otro país, es inteligente cuando de planes de maldad y grandes frialdad se trata, sólo que éste no sabe que en Venezuela el pueblo es quien decide y se manifiesta.
Venezuela, ¡cuánto te amo!, quiero verte llena de paz. Quiero mañana despertar y respirar la calma, respirar un ambiente de felicidad cuando anuncien “todo se acabó, el pueblo habló”. Si cambiamos nuestra manera de pensar y todas las colocamos en vista de un solo horizonte nadie podrá vencernos, no podemos pedir paz, ésta se hace con nuestras buenas acciones.
Venezuela, no se están respetando los derechos humanos. Amigo venezolano no ciegue más su vista y deje de escuchar de aquellas palabras llenas de mentiras, aclare la mañana en mi querida Venezuela.
Venezuela, mi persona en ti nacida, puedo asegurarte con el corazón en la mano y expresando cuanto te amo en estas palabras mi más puro valor de pudor. De quien adora tanto a un dictador no esperemos una verdadera democracia.
Venezuela, ¡Cuánto te amo! Venezuela, ¡Cuánto te amo! Reviewed by Enrique on 1:19:00 Rating: 5

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