En un mar de imaginación.

En un mar de imaginación… el lavado.

Siempre me levanto pensando si mi hoy naciente nuevo día será mejor que el pasado dormido que he dejado descansando eternamente, y me torno confundido. Son como los días en que no sé cuándo todo acabará y cuánto tendré que esperar hasta sentirme bien conmigo mismo y sentirme feliz y tornarme libre. El amor me está volviendo loco y más atrás el deseo me desconcierta a su manera, dejándome estupefacto. A veces quedo encerrado entre bostezos y primeros pasos hacia el lavado, una rutina que no podría cambiar. De alguna extraña manera, es allí donde mi imaginación se abre y los pensamientos viajan tan rápido como la velocidad de la luz. Y ayer imaginé, imaginé tanto como hoy.

A veces pensaba si ha sido correcto haberle conocido, aunque si nunca hubiese leído ese mensaje directo aquella mañana en mi desordenada habitación, ni siquiera estuviera hoy tan pensativo, con esa confina sensación que me encanta sentir. Aunque éstas me dejen un tanto atónito. La educación fue principal, me agradeció y seguidamente murmuré a su agradecimiento. Era una mezcla de lo real con lo imaginario y podía notar, que por más que su edad era poca para su sabiduría, su manera de hablar iba más allá de lo que podía imaginar, y me gustó y seguí respondiendo. Me sentí curioso y de pronto quise ver su rostro, donde me conseguí con una novedad. Sé que también hizo lo mismo. Seguidamente llegaban más y más respuestas, donde conociendo fui un poco más de esa persona educada, que no mostraba afecto en absoluto y yo pude saber que había algo más allá de mis expectativas con vosotros. Sin embargo, estaba entrando en la boca del lobo, sin saberlo, y poco a poco se tornaba confuso el sendero.

La Luna tan esplendida cada noche era nombrada. Era el centro de atención para el espacio que circulaba por nuestro alrededor, sabía que contemplando la belleza de la naturaleza podría estar entrando en la mente de una persona que estuviese haciendo lo mismo que yo y ella lo hacía, yo entraba en su mente. Las estrellas, simplemente astros que adornaban el cielo junto a la Luna, la cual alumbrando así mis noches, junto a mi ventana mi habitación se ponía para posteriormente iluminarla. Así como cuando hablábamos, mi sonrisa se iluminaba. Me acostaba sabiendo que encontraría de su ausencia en mis sábanas, pero que me abrazaría y dormiría en mi pecho y yo acariciaría sus mejillas. Hundirme en el aroma de su cabello, ese que era imaginado a cada momento pero que también era desatendido.

Entraba en imaginaciones abstractas, realistas y olvidar nunca fue una opción, nada es perfecto. Sin embargo, había veces en las que sentía que podía oler la perfección. Por otro lado, mi estómago sentía una vacío al sentir emociones muy fuertes y mi corazón se aceleraba, no creo que sea un acto innato de mi ser, pues lo adquiría solo en los momentos en que hablábamos. Además, dejar de sonreír era imposible para mí… también para su persona, de eso estoy seguro. Un largo cabello que yo nunca había tocado, pero mi imaginación si lo había hecho. Solo me quedaba observando e igual a sus ojos, que me estremecían porque solo estaban visualizados mediante la digitalización, tal como hoy sucede. No me cabían más pensamientos, mi expectativa había sido batida, tan solo quedaba pasmado con tanta sabiduría y lo feliz que yo me sentía al poder conocerle cada día que pasaba. Un tira que se alargaba podría llegar hasta ella, aunque se encontrara a millones de distancia en la última estrella puesta en el espacio-universo. Yo la hacía de un material indestructible y solo yo conocía la manera de revertir la fabricación de ese material.

Claro está que no es necesario tirarse de un edificio para saber que la gravedad te querrá llevar siempre al centro de la tierra. A veces llegaba a creer que estaba loco, ya que pensaba mucho en cómo sería el día cuando sintiera su mano en mi hombro o sintiera el sonido de sus suspiros en momentos de tristezas o confusión, y sentir un aliento de tranquilidad, como cuando los pájaros cantan al escampar la lluvia, o como el gallo en cada amanecer de un nuevo día… como hoy, e imaginé tanto y hablé solo conmigo mismo que no hallaba que hacer. Tomé mi toalla, sequé mi cara y salí del lavado.


Sé que sientes que quisieras decir todo lo que piensas sin ser juzgado, aunque casi siempre estás arriesgado a que sucedan hechos que no quieres y que se te irían de tus manos, no trates de calmar tú subconsciente ni darle riendas sueltas, podría ser peligroso…
En un mar de imaginación. En un mar de imaginación. Reviewed by Enrique on 16:58:00 Rating: 5

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